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jueves, 31 de agosto de 2017

Venciendo al suicidio

Caminaba rumbo a casa cuando la vi, se veía tan frágil, su mirada parecía perdida en el horizonte, estaba triste, lo pude notar. Me acerqué a ella pero no quiso hablarme, esa noche fue la primera vez que la vi. Durante los siguientes días la busqué, de verdad necesitaba saber que ella estuviera bien, los días siguientes procuré pasar por el mismo sitio una y otra vez. Entonces la vi, estaba ahí, sentada en una de las bancas de aquel bello parque, de nueva cuenta me acerqué a ella, no podía perder nada, simplemente quería asegurarme que todo estuviera bien. Me senté a su costado y le dije hola, de inmediato elevó su mirada, me dijo hola con su voz quebrantada; para ser sincero experimente una sensación llena de tristeza. Comenzamos a platicar, tenía apenas 14 años, y yo, bueno yo tenía 15. Platicamos de muchas cosas y entre todas ellas pude darme cuenta que era un ángel convertido en persona, sin embargo ella no lo sabía.

Pasaban los días y más nos conocíamos, había encontrado a mi alma gemela, debo dejar en claro que un alma gemela no quiere decir que será el amor de tu vida o algo similar, simplemente es alguien especial, alguien que no puedes siquiera describir de lo maravillosa y afín que es a ti. Pasamos muchos momentos juntos, su sonrisa era encantadora y sus ojos habían vuelto a brillar. De pronto una tarde, su ánimo había bajado, recuerdo haberla abrazado y justo en el momento que mis manos la rodearon estalló en llanto. Mi mundo se quebrantó, no sabía que hacer o que decir, mi alma gemela estaba rota, platicamos durante horas y fue ahí cuando me enteré; su vida no era fácil. Digo, la vida nunca ha sido fácil para nadie.

Quería ayudarla y no era por que fuese un experto en ello sino por qué sentía el deber de hacerlo, ¿cómo?, sinceramente no sabía. Pasaban los días y más decaía, su cara se había demacrado y sus ojos opacado, sus ganas de vivir eran escazas, se notaba, se notaba en su mirada, en su caminar, en todo.  Llegó el otoño y con él la desgracia, iba caminando rumbo a casa después de un arduo día escolar cuando lo recibí;

-“Oye, te mando este mensaje para despedirme de ti, te quiero mucho amigo, pero ya no puedo vivir así, por favor, dile a mamá que siempre la amé”
- ¡No lo hagas!, por favor ¡No lo hagas! – repliqué una y otra vez.

Mis intentos eran absurdos así que llamé a su casa, le dije a su mamá que ella estaba en problemas y que necesitaba de su ayuda, que la buscará que era realmente importante encontrarla, mi corazón latía fuertemente y mis manos sudaban, horas después recibí una llamada;

- Hijo, gracias por llamarnos, ella está bien, está en el hospital.

Al escuchar esas palabras el alma regresó a mi cuerpo y mi corazón se tranquilizó. Días después la pude ver, platicamos nuevamente, esta vez me contó todo, llevaba consigo un estrés inmenso, una soledad hiriente y  una tristeza letal, ambos llegamos a un juramento, le dije que me llamara en cualquier momento que me necesitara y que yo, yo iba a estar ahí para ella.

Pasaban los días y yo procuraba enseñarle lo maravillosa que es la vida, su crisis por fin daba marcha atrás, muy lento pero a paso fuerte, solía llamarle durante las tardes para saber cómo iba su día y para que supiera que tenía un amigo que realmente se preocupaba por ella.

Una tarde no muy lejana sonó mi celular, era ella, así que sin pensar contesté;

- ¿Bueno?
- Necesito verte, estoy mal.

¡Había tenido una recaída! 

Salí de casa hecho un rayo, llegué hasta dónde ella estaba y la abrace fuertemente, soltó un llanto estremecedor tanto que comencé a llorar con ella, fue ese momento cuando lo supe, había ido a dar al hospital dos veces más y ella no me lo había dicho por vergüenza, en ese momento entendí que nuestra confianza había crecido, le reafirme que contaba conmigo, que juntos íbamos a ser fuertes e íbamos a superar los grandes obstáculos y dificultades de la vida.

¡Hoy!, después de muchos años continuamos felices, mi alma gemela sigue siendo un ángel y recordamos éste amargo pasaje como una lección de vida.

Amigos, si ven a alguien con dificultades por favor acérquense, quizás pueda ser su alma gemela, el amor de su vida o un amigo en futuro, pueden salvar la vida de una persona e incluso aprender lecciones de vida como esta.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Suelta ya tus cadenas

Hemos hecho tanto por otros que no nos dimos cuenta de que perdíamos la felicidad, el placer de hacer las cosas bien y sobre todo perdimos el sentido mágico de vivir la vida. Por qué vivir es más allá de tan sólo hacer cosas comunes, de salir por ahí todas las tardes a dar una vuelta al  parque, escuchar música o leer tu libro favorito. Vivir va más allá de hacer las cosas bien, de intentar caerle bien a todo el mundo como muchas de aquellas personas que tú y yo conocemos. Sabes, la magia de vivir consiste en primer lugar en aprender a apreciar cada cosa que está a tu al rededor, como el aire, la luz, el azul del mar e incluso el brillo despampanante de gran sol. Vivir es plenitud, ser feliz con lo que haces, estar bien contigo mismo y si a la gente no le gusta, no importa, eres tú, nadie más que tú. Recuerda; regla número uno que jamás debes olvidar, en ésta vida nadie es más importante que tú, primero eres tú, después tú y al último tú. ¡Que nadie te diga que hacer!, nadie puede ni debe mandar sobre ti, sobre tú cuerpo ni sobre tus decisiones. Tu vida es únicamente tuya y de nadie más.

¡Liberate! ¡Be free! ¡Vuela! ¡Corre!, corre, camina, salta, grita, sonríe, has lo que se te antoje, por qué hacer lo que quieres hacer es importante. Lo es por la simple y sencilla razón de que hacerlo te hará feliz y si eso te hace feliz, vale la pena. ¡Suelta ya tus cadenas!, aprende a decir no, muchas veces las personas se confunden y dicen si a todo mundo. Es momento de parar, decir "Hasta aquí", por qué si no lo haces las cosa van a seguir igual, y tú, gris, como siempre. Dicen por ahí que el ser feliz incómoda, ¿Te soy honesto?, es verdad, ser feliz incómoda y lo hace más con todos aquellos que no lo son. Por que no han han encontrado la forma de liberarse, de ser felices, de disfrutar y apreciar  la vida. Por eso son infelices y tienen envidia de lo que tú, además es muy conocido eso que dicen por ahí "No quieren lo que tú  tienes, lo que ellos quieren es que tú  no lo tengas". ¡Nunca te sientas mal de disfrutar tu vida!, por que el que no disfruta no vive. ¡Basta de prejuicios tontos! Ahí va y agárrate, basta ya de las tontas etiquetas, que si eres alto, bajo, delgado o gordo, si eres tímido o sociable, que si eres virgen o vives en la promiscuidad. ¿A quién le importa realmente tú  vida?. Se feliz, se libre pero sobre todo se sano, disfruta la vida con medida, aprende a admirar cada rincón de ella misma. ¡Deja de hacer feliz a otros a costa de tu felicidad! Si, ya es tiempo también de que dejes de arriesgar todo por nada. Es momento de soltar el compromiso moral que tienes, no hay y ni habrá compromiso más importante que el que debes tener contigo. Nadie es más importante que tú, deja atrás esa relación atroz que tanto te lastimó, deja tú adicción al dolor, deja de sentir lástima por ti y comienza a sentir coraje, por que eres alguien único entre más de siete mil millones de personas,¿entiendes? Hay tantos corazones, tantos peces en el mar. Se que es duro pero lo tienes que entender, si una relación está destinada al fracaso, así va a ser, así será. Aunque llores, aunque intentes impedirlo, no funcionará y esa va a ser una lección para ti. Lección de vida, no todos los amores son para siempre, algunos llegan para darte lecciones y aprender realmente lo que es el amor, a disfrutar, a querer y por último llegará aquel que te enseñe realmente lo que es amar.

¡Lucha por tus sueños!
¡Has las cosas bien!
¡Sonríe a la vida!
¡Busca tu verdadera felicidad!

¡Es momento de ser libre e ir en busca de tus sueños!, eres alguien muy especial  y tienes una capacidad enorme para lograr cada cosa que te propongas, si te caes no te des por vencido, recuerda los grandes imperios se formaron de grandes luchadores de vida, recuerda vivir es ser feliz.

Sonríe a la vida.

Jhovany.