Ha pasado tanto tiempo desde nuestro último amanecer, sé que te sientes igual que yo y que la vida ahora la sientes plenamente gris, que el café por las mañanas ya no te sabe igual a cuando estabas aquí conmigo, sé también que tus recuerdos los has guardado en lo profundo del abismo de tu sinceridad, donde nadie entra, dónde no hay luz pero siempre hay paz. 
Sabes, hoy recordé aquél día de enero en el que despertamos juntos, mis brazos estaban cansados pero no podían soltarte, tus labios hinchados y rosas me retaban a no dejar de besarte, tu mirada llena de amor me cautivaba cada día, cada tarde y cada noche que pasábamos juntos, eramos la prueba perfecta de que el verdadero amor si existe, por que no había malicia, no había traición y por supuesto, tampoco había rencor. Sabes, a veces me pregunto ¿Qué fue lo que nos pasó?.  Nos llegó el invierno sin anunciarse y no fue por que así lo quisiéramos, tal vez la vida nos tenía un destino separados o quizás solamente no era el momento. Nuestro fuego comenzó a debilitarse, mis manos y las tuyas comenzaron a perder su fuerza, nuestros corazones se cansaron de latir juntos y comenzaron a dejar de acelerarse cada que uno sentía venir al otro. Fue culpa del amor, amor ingrato y abstracto que nos toma, nos envuelve y a veces nos abandona, pero no todo fue de él también fue nuestra por no luchar por aquello que realmente queríamos, por no voltear a ver nuestro álbum de recuerdos, si aquél álbum donde guardamos nuestra magia, nuestros sentires y la felicidad. Sabes, después de tanto me he puesto a pensar, quizás aquél no era nuestro momento, por qué éramos jóvenes, no sab
íamos lo que queríamos y no entendíamos el verdadero significado de estar juntos.
Después tanto analizar mi cajita de pensamientos me di cuenta, el amor nos había puesto una prueba, no era que no nos quisiéramos sino, era que debíamos enamorarnos una vez más, como cuando te di aquellas herberas en la universidad o cuando tú llegabas a casa con un pequeño detalle.  Nos faltó, nos faltó enamorarnos día a día, nos falto volver a mirarnos, a querernos, a no permitir olvidarnos. Dejamos los besos de lado, las miradas y las caricias nocturnas, dejamos de lado los roces de la piel, los besos en el cuello y aquellas sonrisas que brotaban de un "Te amo", dejamos tanto que cuando nos dimo cuenta ya no podíamos sostenernos, ni tú a mi y ni yo a ti. Ahora puedo entender todo, el amor si nos había puesto una prueba, estoy seguro de que lo hizo con el afán de que descubriéramos si íbamos a estar juntos por muchos años o definitivamente claudicaríamos, y si, fue lo segundo. 
Después de todo, nos decidimos olvidarnos. 
Después de tanto, nos dejamos de lado. 
Hoy solo puedo decir que tú haz sido la mejor historia de amor en mi vida, que si el destino me diera una vez más la oportunidad de tenerte a mi lado lucharía, lucharía por ti, por enamorarte, por quererte, por amarte. 

 
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