Querído árbol, hace tiempo que no platicamos. He visto tus ramas crecer desde que eras un pequeño retoño, tus hojas brotar y tiernanente empezar a florecer. Ha pasado tanto desde aquella ultima vez que nos vimos y sentamos a platicar, recuerdo con fervor las historias que bajo tu sombra confesé. El último abrazo, el ultimo suspiro a tu lado lleno de ilusiones que quizás en su momento estuvieron cautivas pero que contigo libere. Querído árbol fui testigo de cuan majestuoso fue tu vestir al llegar la primavera de aquello que nos prometía la vida, estuve emocionado pues tus ramas eran tan verdes que mis ojos no podian parar de verte. Si, como la primera vez, como cuando te vi creciendo.
Querido árbol he de confesar que tu gran sombra me llena de seguridad, la soledad se había esfumado y yo estaba feliz por estar a tu lado. Pase horas abonando, removiendo tu tierra, regando tus raices y acomodando tus hojas. He luchado por darte el esplendor que siempre has tenido pero que por alguna extraña razón hoy ha decaído. Árbol, se que últimamente no te he escrito pero he de confesarte que estoy lleno de miedos, de iseguridad. Hoy puedo apreciar como tu verde se torna café, como tu tallo ha comenzado a desgastarse con gran aceleración. Querído árbol he intentado una y otra vez recuperarte, mis manos estan cansadas, mi frente sudada y mi cuerpo sin fuerzas.
Cierro mis ojos recordando tu esplendor, tu majestuosidad pero no puedo más sé que al abrir mis ojos volveré a la realidad. Cada que una hoja cae de ti mis ojos lloran. Imaginar que comienzas a decaer me llena de soledad.
Me niego a aceptar que te llegue el otoño, que tus ojas caigan y tus raices se sequen. Me he negado tantas veces que no puedo más, es difícil pero lo tengo qye aceptar, quizás es momento de partir, de dejarte ir y esperar que un árbol nuevo vuelva a retoñar. Un árbol que como tú me llene de majestuosidad, que no decaiga, que aun en invierno él sea primavera, que aun en sequía el viva como con lluvia.
Querido árbol, sólo espero que la vida sea justa, contigo y conmigo. Es probable que llegue el fin, pero tú estarás aquí conmigo, guardado en la cajita de cristal de la vida, ahí dónde guardo los recuerdos más bonitos, pues yo me niego a entregarte al olvido.