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martes, 24 de octubre de 2017

Me enamoré de un patán


05 de diciembre de 2008.

Todo iba normal, mi vida era bastante buena, la vida de todo adolescente es pertecta, amigos, familia, comida ¿qué más puedes pedir?. ¡Nada!, al menos eso creo. Los días eran buenos y con ellos los momentos, como debe ser comencé a conocer a un sin fin de personas, de todos los tamaños y colores, la vida está llena de sorpresas. Me divertía a diestra y siniestra, no había nada más qué pasar el tiempo disfrutandolo con los amigos o familiares.

¡La vida era mágica!, No faltaba más, no esperaba más, no necesitaba más.

Un día, navegando en redes sociales la recibí, una solicitud de amistad por parte de él, un chico apuesto (eso se veía en sus fotografías), bastante afín pues las cosas e intereses que se reflejaba en su perfil eran espejo de los míos y si, lo había visto antes en el colegio, acepté su solicitud mientras continuaba viendo vídeos.

- ¡Hola!
Una ventana se abrió rápidamente en mi monitor. ¡Qué extraño!, conversamos durante todo el dia, hablamos de cosas tontas y otras no tanto, su cerebro había cautivado al mío y mis endorfinas bailaban de alegría. Rápidamente fue entrando en mi círculo, aquel sitio resguardado con gran recelo. ¡Bendita maldición del mal amor!, le entregue las armas para destrozar lentamente mi corazón, entregué a sus manos mi armadura pensando que él jamás podría lastimarme. Pasaron los meses y lentamente la llama comenzó a retroceder, te sorprenderas ¡nunca me di cuenta!, comencé a sentir como su calidez a mi lado se reducía lentamente, como su corazón palpitaba cada vez más lento, entre bromas las ofensas se hicieron presentes, primero mi cabello, luego mis manos y para rematar mi cuerpo. Risas burlonas lo acompañaron a cada momento, y yo, yo sentía que debia aguantar, me sentía bien a su lado e incluso  le creí cuando dijo que era él el único que podría quererme tal como soy. ¡Tremendo error el que cometí!, le permití en ese momento abusar de cada uno de mis sentimientos, si, lo hice sin pensar y por qué creí en sus palabras.  Sentí como lentamente mi valor fue cayendo, tal como desaparece el brillo de un diamante al ser sumergido en las bastas aguas del mar. Mil y un perdones acepte después de cada ofensa, bastos rios de lágrimas fluyeron por mi rostro, dolores adictivos para el corazón pues el masoquismo de un corazón es la peor enfermedad, pensé que cambiaría pues así mas de cien veces lo afirmó. Sin saber que sucedía, comencé a sentir su cuerpo diferente, sus ganas de tenerme a su lado eran extrañas, sus manos ásperas ya no llevaban consigo amor y sus labios eran ajenos a los que solían llenar mis labios de miel. Si, me di cuenta sin que nadie me lo dijera, me traicionó. Me traicionó cruel y amargamente aún cuando era promesa de los dos contarnos si algo andaba mal. Lo confronte y tan enfermó fue su cinismo que lo aceptó y juró que lo haría más veces así pues ya no sentía más amor por mi, intente retenerlo, prometi cambiar todo lo que a él ya no le parecía, juré una vez más moldear mi esencia a lo que él quería.

Un error más, fui tan voluble, tan inocente que jamas creí que eso estuviera mal. Sentía que el amor era así, que así debía ser pues él por primera vez me había enseñado que era querer. Tardó mas de diez meses para que me diera cuenta.

Una bofetada, un jalon de cabello, miles de lágrimas y un corazón machacado bastaron para que me hartara de todo y de nada. Me di cuenta, yo daba el mil por uno y él después de tanto daba cien por mi y novecientos mas distribuidos en quien sabe quién.

Me llené de valor, comencé a cuidar de mi,  limpie mis lágrimas  y levanté la mirada al cielo, use los colores del arcoiris, tan alegres que mi interior comenzó a armonizarse, tan así que el dolor había comenzado a retroceder. Me comence amar una vez más, una nueva armadura volvió a mi y en un santiamén volví a confrontarlo. Nadie más me va a querer como yo, a nadie más le voy a importar tanto como a mi. Corté mis cadenas, parche la herida de mi corazón, le di la espalda y avance, en ese momento me sentí tan libre como antes, tan feliz como cuando me tenía a mi. El brillo de mis ojos volvió con más pasión, mi sonrisa se tornó mas grande y mis pómulos se tornaron rosa.

Si tú has pasado por algo similar,  por favor date cuenta, te has enamorado de un patán, de uno de aquellos que suelen ser los galanes de aparador, los mequetrefes que se sienten creados por  Dios y son adulados por personas plásticas, ellos no merecen a personas mágicas como tú  y yo. Ánimo, se fuerte y toma la decisión de forma tranquila pero con basta seguridad, recupera fuerzas y liberate de sus cadenas.

Sé libre, sé fuerte pero sobre todo sé feliz.

lunes, 23 de octubre de 2017

El mensaje que jamás llegará

¡No! Por favor no lo hagas.
Deja de esperar ese mensaje, jamás llegará. Es patético, lo sabes y aún así lo continuas haciendo, entiende ya, deja de esperar algo que no se hará realidad. ¿Sabes por qué no?, porqué ya estaba con alguien más, ¿Por qué lo hace?, tiene un ego demasiado jodido, una seguridad construida a base de falsedades y un enorme, pero en serio, un enorme talento para mentir. Piensa en dejarte caer y no ayudarte a subir, me refiero que a pesar de que tú entregaste realmente todo, siendo en su vida una persona tan única, tan especial, llena de magia, amor y alegría, siendo ante su sequía de amor una gran y hermosa lluvia que reverdecio en su interior un inmenso  sentimiento, eres alegría en un mar de tristezas, muy diferente a ese caduco amor.

Sabes, tú tienes muchas cosas más que hacer en ésta vida, no pienses más y sal, hazlo, vive, vive como nunca antes lo habías hecho, disfruta de todo tu alrededor, del calor y del frío, de tu familia, de tus amigos y de ti, si, vuelve a amarte como antes lo hacías, recuerda lo feliz que eras amandote y consintiendote. Disfruta del más mínimo detalle, procurate, cuídate, y deja de esperar. ¡Basta ya!,  ya no esperes ese mensaje noche tras noche, es una pérdida de tiempo, su soberbia y afán mundano por querer ser apreciado más que todo mundo lo ha transformado y aventado al abismo de la perdición.

¿Te soy honesto?, no va a volver, pierdes tu tiempo, por favor piensa en ti, mirate en un espejo, invitate a salir, tómate un café y disfruta de su aroma, se que quieres llorar y que te rompe saber que tengo razón, no esperes, no confíes una vez más, la verdad es que nadie se muere de desamor. Esa persona debió valorarte, así que ten calma, nunca te quiso. Sabes, se perdió de una persona como tú, tan única, tan especial, una persona mágica, una persona tan maravillosa, te encontró y no te supo valorar. Dejó ir a alguien como tú, tan especial que jamás volverá a encontrar.

lunes, 16 de octubre de 2017

Diez suspiros


Tic - Tac, Tic - tac.

El reloj avanza, mis manos estan temblando  y mi cuerpo comienza a tener frío, no un frio común como cuando llega diciembre y sales por ahí con tu abrigo sino un frío peculiar, lleno de tormento, el frío que nadie quisiera tener pero el que toda persona en esta tierra deberá sentir. Mis manos están perdiendo fuerza, he intentado varias veces acariciar mi rostro pero no he podido, mis ojos estan nublados y puedo ver como lentamente voy perdiendo la vista. Nadie jamás debería atravesar por algo así. Mis labios estan resecos, cuarteados por la falta de saliva pues ya ni eso puedo hacer. ¡Que error tan grande he cometido! Todo por ti, por tu amor. Ahora estoy aquí, tirada en nuestra habitación. ¡Que tarde me he dado cuenta que el amor no debe doler! ¡Que tarde he comprendido que me hacías mal en todo momento! ¡Estúpido momento en el creí en el dicho anticuado que el amor debe doler!

Estoy arrepentida. Todo  comenzo con algunos insultos, cosa de nada. Luego, subió de tono, los insultos blancos habían comenzado a teñirse de negro pues ya no causaban gracia sino un sentimiento de inferioridad. Si, lo acepte lo admito, en su momento pense igual que tú, es un juego. Después de todo, nos queremos y dicen por ahí que en eso consiste el amor ¿no?. Pasaron las semanas y de insultos comenzaron los empujones, al principio creí que era un juego, pero después del décimo apretón me di cuenta de que no, bastaron mas de quince moretones para pedirte que no me lastimaras, ya era tarde. Tanto él como yo fuimos culpables de enfermar nuestra relación, el por violentarme y yo por creer que de eso se trataba el amor. Intente detenerlo, ya era tarde. Ambos nos habíamos acostumbrado, el dolor y las humillaciones se habían vuleto cotidianas y auque a mi no me gustaban eso a él lo hacia sentir mejor y por verlo feliz, siempre lo permití. Una bofetada, me tropecé y me golpee un poco. Un moreton en mi brazo, me pase a traer con la esquina del Buró. Pretextos estúpidos con tal de encubrir su violencia, pues para nosotros era normal. Muchos me lo advirtieron, la violencia cuando amas es un círculo vicioso en dónde salir te puede costar hasta la vida. Y si, aquí estoy. Tirada en sofá de nuestra habitación, su violencia la noche pasada fue tan cruel que al momento de aventarme no se percató que había caído sobre nuestra mesa de cristal. Y que varios de sus pedazos habian quedado incrustados en mi interior. Su mirada bestial no le permitió darse cuenta y yo, yo solamente perdí mi fuerza. Él salió de aquí, sin voltear atrás como muchas veces antes, como siempre.

Mis ojos comienzan a cerrarse, puedo sentir la calidez del río de sangre que corre por mi cuerpo. Maldigo en mi mente el día que lo conocí. Maldigo sus manos que profanaron la armonía de mi cuerpo con sus fuertes golpes. Maldigo incluso su lengua que me hizo creer que era yo quien estaba mal. Ahora no puedo hacer más, las lagrimas corren por mis mejillas, llegan hasta mi barbilla y caen al charco de sangre que hay debajo de mi.

Hoy, tú  debes de darte cuenta. Mirame aquí, tirada en una habitación. Sin fuerza. Sin esperanza. Sin poder levantarme. Muriendo lentamente. Arrepentida por no haber detenido esto antes. La vida se me está yendo, tan solo diez suspiros me quedan.

Por favor abre los ojos.
Por favor deten la violencia.
Por favor no dejes que nadie te humille.
Deten a todo aquél que con su lengua te hiera
No permitas que se burlen de ti
Recuerda el amor no es violento
En el amor no hay golpes
En el amor no hay humillación
En el amor no hay gritos y desprecios

En el amor siempre debe predominar la felicidad  y armonia.

martes, 10 de octubre de 2017

La estrella que no quería brillar


Y es que cuando el cielo se oscurece se llena de hermosas estrellas titilantes en el firmamento. Es común mirar al cielo y asombrarte de su magia, de su brillo, de toda aquella gran inmensidad que hay en el. Como en todo, en el cielo hay miles y millones de hermosas estrellas que titilan sin parar, puntos brillantes que danzan al son del infinito, sin embargo de entre tantas de ellas había una especial, una pequeña estrella, plateada como el mismo corazón del mar. Ella no brillaba, muchos pensaban que había algo mal, que quizás había tenido algún defecto o que simplemente era una roca más. Todas las estrellas del cielo murmuraban entre ellas siempre buscando criticar, muchas decían que ella no debía por qué formar parte de ese hermoso umbral. Nadie entendía que ella era la que no quería brillar. 


Todas las demás estrellas la volteaban a ver raro, hablaban a sus espaldas insinuando una y otra vez que había un enorme defecto en ella. La pequeña estrella no se sentía preparada para brillar, sabía en su interior que en algún momento tendría que hacerlo sin embargo ella prefería darse baños de polvo estelar, pequeñas partìculas de esperanza, de alegría, de humildad, de una serie hermosos detalles que  la hacían sentir la estrella "defectuosa" más feliz del firmamento. Nadie lo sabía, puesto no tenían por que saber el por qué ella era feliz. La pequeña estrella pasaba horas acariciando su cuerpo, puliendo cada pequeña parte de ella pues ésto le causaba una sensación de satisfacción

Un día, distinto al de los demás, un gran cometa pasó cerca de todas las demás estrellas, buscaba a la más grande y hermosa estrella, aquella que lograra iluminar cada rincón dónde la oscuridad  predominara. Todas, alegres intentaban demostrar lo que  hacían, su intensidad y su carisma, sin embargo  ninguna de ellas lograba satisfacer la búsqueda del gran cometa. La pequeña estrella defectuosa, aquella que no quería brillar salió de su escondite  para hablar con el gran cometa, pues sentía en su interior que ella debía pedir que se fuera del sitio pues el rechazo que daba a todas aquellas que intentaban ser lo que el buscaba causaba conmoción, tristeza e incluso incertidumbre del motivo de  su existir.  La pequeña estrella  habló con él, le pidió con voz tierna que se retirara, que no había nada para él ahí y que por favor dejara en paz a todas aquellas estrellas que vivían con ella, le dijo que ninguna de ellas habìa surgido para servir a alguien más y que si ellas brillaban sería por ellas mismas y no por alguien más. 

El cometa muy molesto comenzó a gritar, que no tenía nadie por qué hablarle de esa manera, que él era en gran medida uno de los más grandes iluminadores de penumbras en todo el infinito. Que todos se asombraban por su majestuosidad y que su brillo vislumbraba a todo aquel que lo veía, por ello, las estrellas debían servirle a él, entregar su lealtad sin preguntar e ir a donde el decidiera que debían ir. La pequeña estrella, aquella que no quería brillar, decidió hacer lo propio, por primera vez en toda su vida había decidido enfrentarse a un gran bravucón, cerró sus ojos, calmó su alma, intensificó su espíritu y sin necesidad del reflejo de nadie comenzó a brillar, lentamente su brillo comenzó a iluminar los rostros de sus compañeras, el cometa mofándose de ella pedía que se detuviera pues el brillo era escaso y muy tenue. La pequeña estrella sonrió una vez más y con mayor intensidad volvió a brillar, un fuego se encendió en su interior, fue entonces que su brillo cambió de gris a un azul platinado, las demás estrellas quedaron sorprendidas pues su brillo tenía grandes alcances, más allá de dónde sus ojos podían distinguir. El cometa, quedó perplejo, el brillo de la estrella lo había atemorizado pues incluso su brillo había sido opacado. La pequeña estrella se postró frente a él y mirándolo fijamente a los ojos le dijo; Nunca más volverás aquí, ninguna de las estrellas te servirá a ti ni a ninguno de tus semejantes, no humillaras a nadie más pues siempre que lo hagas te perseguirá una pequeña estrella que con gran intensidad te superará y hará de ti un bufón.  Humillado el gran cometa salió de ahí, se fue rápidamente sin mirar atrás. 

La pequeña gran estrella se tranquilizó, comenzó a disminuir su brillo a la par que su palpitar, dijo entonces a todos aquellos abusivos que; para poder brillar con una intensidad como la de ella debían prepararse, debían pulir cada uno de sus errores, debían aprender que la humildad es el primer paso para la felicidad, y que la esperanza nunca muere, al contrario, aumenta con la decadencia de la situaciones, dando a entender que si el cielo es gris debemos ser fuertes y estar conscientes de que la situación va a mejorar. 

No lo olvides, sé como la pequeña estrella; aunque muchos piensen que hay algo mal en tí, no es así, prepárate, sé humilde, se honesto, se sincero, se feliz, ten esperanza y brillaras con una fuerza única y con mayor intensidad que los demás.




miércoles, 4 de octubre de 2017

El día que descubrí mi magia.

Abril de dosmil nueve.

Las cosas no marchan bien, he intentado hacer que las cosas cambien, he caminado durante horas pensando en que es lo que podría estar fallando, que es lo que he hecho y por qué es que merezco esto. He intentado una y otra vez encontrar la causa de todo lo que ha estado pasando pero no la encuentro, incluso he llegado a pensar que me estoy volviendo loco. Tengo miedo, si. Tengo miedo pues ellos me persiguen y acosan culpandome de algo que ni yo mismo se que es. Estoy encadenado, mis cadenas son de hierro inquebrantable, forjado de un odio sin sentido y lágrimas propias de culpa.  He perdido el sentido de lo que es ser feliz, mi esencia se ha consumado lentamente dejando en mi sonrisa el cadáver de lo que alguna vez fue felicidad. Es duro, a ésta corta edad nadie debería estar sufriendo así. El dolor es fuerte y no se compara con ningún otro, quizás puedas entenderme si es que también pasaste por algo similar o incluso si lo estás pasando. Mis ojos estan rodeados por ojeras y marcas lilas, quisiera decirte por qué  pero no puedo. ¿Te confieso algo?, he pensado en soltarme, si, en dejar de ser yo mismo, en dejar de sentir dolor, en desaparecer.  Eso es una sensación amarga y cruel, pero ¿Por qué no hacerlo?, si estoy mal y el mundo lo sabe.  Han pasado tantos meses desde que todo esto comenzó.

Estoy cayendo, es un abismo frio y profundo dónde reina la oscuridad, mis cadenas estan puestas, estoy debil. Cierro los ojos e imagino como es que he llegado a éste punto. Como fue que deje mi luz, mi magia y mi alegría, todo por un puñado de chavales a los que les incomoda la luz de los demás. Mi corazón late cada vez más lento, la llama de la esperanza está a punto de esfurmarse. El reloj avanza minuto a minuto, recordandome que el tiempo no espera a nadie, aún cuando estas herido. Tirado en el fondo de ese abismo trago mi saliba, sin sabor y viscosa, deshidratada de la verdad. Cierro los ojos con más fuerza,  abrazo mis piernas, entonces pienso; soy un cobarde, soy miedoso, soy un patan conmigo mismo, soy un débil. Lo repetí tantas veces que mi mundo comenzó a temblar, se movieron tantas cosas en mi interior que removieron escombros de ilusiones caídas y de amores perdidos para dar paso a una pequeña luz, en ese instante pude darme cuenta que aún había esperanza. Tomé mis piernas, las abracé aún con más fuerza recordando viejas ilusiones diciéndome a mi mismo lo que siempre estuve seguro; soy luz, soy magia, soy amor, soy paz y esperanza. SOY ÚNICO, SOY DIFERENTE. Justo despues de repetirlo diez veces volvió  a temblar, surgió la luz, grandes brotes de desdellos salieron de los escombros, hermosos brillos iluminaron el abismo, sentí como mi magia comenzaba a volver, desde la punta de mis dedos hasta el final de mis cabellos. ¡Destrui las cadenas eslabón por eslabón!, ¡Me libere!, comence a subir de forma lenta pero muy seguro de lo que tenía que hacer. ¡Tenia que demostrar quien era y de que estaba hecho!, resurgi del abismo como un Fénix, lleno de luz y de fuego, desatando en todos aquellos que se habian encargado de enterrarme, terror, miedo e incertidumbre por lo que había pasado, sin embargo yo no era igual, decidí perdonarlos por mi y por ellos, pues eran ellos los que tenian un problema que debían atender. Perdone desde ese momento a mi pasado y le di una oportunidad  a mi presente, de demostrar que se puede y que los seres de luz vinimos a vislumbrar a la maldad. A encadenar los malos vicios, a pisotear la soberbia y a encadenar a aquellos seres malignos que hieren a otros.

Ser el "diferente" en un mundo tan monótono causa terror a todos aquellos que como borregos van de lado a lado. Causa miedo el ver que vas con una sonrisa surgida por el simple hecho de vivir, como vas haciendo el bien, dando amor y esperaza. Intimida a todos aquellos que se sienten Dioses y Diosas, pues no hay seres más hermosos que aquellos que hacen el bien de forma desinteresada, el bien al amigo y también al enemigo.

Recuerda; si caes en un abismo, se fuerte, recuerda quien eres realmente y que tienes un propósito y tienes una misión en este terreno llamado vida. Por ello, se fuerte, se hábil, se luz, se esperanza.